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Sospechas de impunidad ante la oleada de violencia que deja 26 muertos en Sinaloa

En un período de solo cinco días, el estado de Sinaloa ha sido testigo de una escalada de violencia sin precedentes, que ha dejado un saldo de 26 víctimas mortales y numerosos heridos. La tragedia se debe a la creciente tensión entre dos facciones criminales rivales, conocidas como Chapitos y Mayitos, que han estado enredadas …

En un período de solo cinco días, el estado de Sinaloa ha sido testigo de una escalada de violencia sin precedentes, que ha dejado un saldo de 26 víctimas mortales y numerosos heridos. La tragedia se debe a la creciente tensión entre dos facciones criminales rivales, conocidas como Chapitos y Mayitos, que han estado enredadas en una lucha sangrienta por el control del tráfico de drogas y la explotación del narcotráfico.

A pesar del arribo de más de 1.600 elementos federales a la zona, enviados para restablecer el orden y detener la violencia, los enfrentamientos entre Chapitos y Mayitos no han disminuido. De hecho, la situación ha sido desesperada en algunos momentos, con balas zumbando por las calles de ciudades como Culiacán y Mazatlán, y agentes de seguridad que han visto sus vehículos atacados o incendiados.

La violencia ha sido tan intensa que incluso los lugareños más valientes han estado obligados a buscar refugio en centros de protección. “Es como vivir en guerra”, dice uno de ellos, un hombre de 35 años que pide no ser identificado. “No puedes salir a la calle sin temor a ser atacado o secuestrado. La gente está asustada y confundida”.

La lucha entre Chapitos y Mayitos se remonta a varios años, pero en los últimos tiempos ha alcanzado un nivel de intensidad nunca antes visto. Los dos grupos han estado reclamando el control del tráfico de drogas en Sinaloa, y su disputa por la influencia y el poder ha sido la causa principal de la violencia.

Los Chapitos, liderados por el conocido narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, han sido tradicionalmente considerados como la facción más poderosa en la región. Sin embargo, los Mayitos, liderados por el capo criminal José Gonzalo Rodríguez Gómez, también conocido como “El Mayito”, han estado ganando terreno y reclamando su lugar en el mundo del narcotráfico.

La violencia entre Chapitos y Mayitos ha afectado a personas inocentes, incluyendo a mujeres y niños. “Mi hermano fue asesinado ayer por un disparo perdido mientras intentaba llegar a casa”, dice una mujer de 28 años que llora desesperadamente en el funeral de su hermano. “¿Por qué la gente tiene que morir así?”

Los gobiernos federal y estatal han prometido tomar medidas para restablecer el orden y detener la violencia, pero hasta ahora no hay signos claros de que esto vaya a suceder. Los residentes de Sinaloa están cansados de la violencia y piden justicia y seguridad.

La situación en Sinaloa es un ejemplo claro de cómo la violencia y el crimen organizado pueden afectar negativamente a las comunidades y a las economías locales. La gente está asustada, los negocios están sufriendo y la confianza en las autoridades ha sido erosionada.

En este momento, no hay solución fácil para la violencia en Sinaloa, pero es importante que los gobiernos y las instituciones sigan trabajando para restablecer el orden y proteger a las personas inocentes. La gente de Sinaloa merece vivir en paz y seguridad, sin temor a ser atacado o secuestrado en la calle.